Naturaleza y Parques Naturales en Ibiza

Parques Naturales

Ibiza cuenta con 2 parques naturales de especial interés por sus valores ecológicos y belleza natural. Son el Parque Natural de ses Salines y la reserva natural de Es Vedrà, Es Vedranell i de los islotes de poniente.El parque natural de Ses Salines comprende el área situada entre el sur de Ibiza y el norte de Formentera y ocupa un territorio de 1.786,52 Hectáreas terrestres y 13.611,80 marinas. En este parque podemos encontrar una gran variedad de ambientes con características ecológicas diferentes: los estanques de las salinas, las playas, los cordones lunares con sabinas centenarias, los acantilados y las costas rocosas, donde se encuentran como el halcón peregrino y el águila pescadora, y los islotes des Freus (s’Espalmador, s’Espardell, el islote des Penjats…).

La reserva natural de es Vedrà, es Vedranell i de los islotes de poniente se encuentra en el sudoeste de la isla de Ibiza, en el término municipal de Sant Josep de sa Talaia. El territorio protegido comprende islotes, medio marino, acantilados, torrentes, playas y campos de cultivo, bosques e importantes macizos montañosos.

Una característica relevante es que esta reserva incluye la elevación más importante de la isla de Ibiza (sa Talaia), con 485 mts de altura sobre el nivel del mar.

Bienes Naturales: La posidonea Oceánica

La planta de posidonia es una fanerógama endémica del mediterráneo que tiene una organización externa propia de las plantas superiores: raíz, tallo, hojas y capacidad para producir flores y frutos con semillas. Crece cubriendo los fondos marinos formando frondosas praderas. Estas se encuentran en alarmante regresión por su elevada sensibilidad a las perturbaciones ambientales mientras que en la Reserva Natural de ses Salines, la mayoría de las praderas de posidonia son de TIPO I, es decir, muy densas y representan el 70-80 % de los fondos marinos de la Reserva.

Su estado de conservación es excelente, tanto por contener los elementos que mantienen la belleza excepcional del lugar como por mantener los procesos esenciales para la conservación del ecosistema y la biodiversidad que alberga.

El proceso de floración se describe como un fenómeno inusual que se da de forma esporádica, generalmente relacionado solo con praderas en muy buen estado de conservación. En ses Salines, sin embargo, se da anualmente entre los meses de septiembre a marzo.

Por otro lado, las praderas de posidonia edifican arrecifes naturales, que en las Pitiusas llegan a alcanzar 3 ó 4 metros de altura, constituyendo auténticos monumentos naturales de edad milenaria, que protegen la costa y facilitan la formación y estabilidad de las playas y sistemas dunares litorales. Son, por tanto, un elemento de gran importancia para el medio terrestre colindante que favorece la formación de paisajes culturales de gran valor donde se concentra una rica biodiversidad, con ejemplares endémicos excepcionales.

El excepcional estado de conservación de la posidonia en la Reserva Natural de ses Salines se manifiesta por sus especiales características: presencia de floración anual, existencia de amplias extensiones de praderas muy densas –que actúan como reserva de biodiversidad-, presencia de praderas en profundidades límite (entre 30-40 mts), y otras que afloran en superficie y por la formación de arrecifes naturales de grandes dimensiones.

La extraordinaria luminosidad y transparencia de las aguas pitiusas potencia el crecimiento vertical de la posidonia. A medida que las praderas van captando sedimento, las plantas tienden a crecer hacia arriba paras evitar su enterramiento y aumentar la captación de luz. Las plantas crecen durante siglos unas sobre otras, produciéndose una elevación de la pradera.

La pradera forma extensos arrecifes paralelos a la costa que ayudan a mantener el equilibrio sedimentario del litoral, protegiéndolo de la erosión al amortiguar y reducir el oleaje. Al mismo tiempo que se depositan las arenas más finas que forman las playas y dunas. Estos arrecifes existen en numerosos puntos del litoral pitiuso: costa norte de Formentera, isla de Espalmador y el arrecife barrera de Talamanca, entre otros.

Por otro lado, los restos de hojas y rizomas transportadas por el oleaje, además de amortiguar los efectos de las olas, van depositándose en las playas formando diques que pueden llegar a alcanzar hasta 2 metros de altura protegen la estabilidad de la arena frente a los temporales.

Estas barreras naturales derivadas de la posidonia, favorecen la existencia de playas firmes, condición básica para el desarrollo de dunas litorales. Estas forman una barrera más de protección contra el viento salino procedente del mar y permiten el crecimiento sabinar sobre las dunas. En consecuencia, el litoral queda perfectamente definido con la sucesión de cuatro comunidades (pradera-playa-dunas-sabinar) unidas formando un conjunto inseparable.

La claridad y pureza de las aguas pitiusas son producto de las extensas praderas de posidonia y su buen estado de conservación. Estas favorecen la existencia de otras comunidades que conforman un ecosistema submarino de extraordinario valor por su biodiversidad

En la Reserva natural viven especies amenazadas de elevado interés científico por su rareza y por no aparecer descritas en otros puntos del mediterráneo, como son las formaciones de claducora caespitosa y los fondos esponjíferos. Por otro lado, las praderas de posidonia actuan como reserva de la biodiversidad por las numerosas especies que se hallan y por actuar como “hatchering” (reproducción y guardería de alevines) de muchas de estas especies.

La foca mediterránea (monachus monachus), la tortuga boba (caretta caretta), el delfín mular (tursiops truncatus) son especies protegidas justo con la posidonia. Otras especies como el mero, la cigala y el erizo de puas largas constituyen algunos elementos a destacar, presentes en la Reserva Natural de ses Salines.

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